Como todos saben,
soy un pésimo cocinero. Pero con eso de que mi premio (por haber quedado en tercer lugar en el ya mencionado concurso "
El Rey De La Primavera 2007") fue tener clases gratuitas de cocina patrocinadas por
la sexy cocinera de Lavaloft, ahora una de mis mas grandes frustraciones con suerte podré llegar a superar y dejar en el olvido...
El día comenzó dándome cuenta de que no había nada para comer (si por comida se entiende cualquiera cosa ingerible que no necesite de preparación). Dada mi falta de dinero para ir a comprar algo, opté por la alocada idea de intentar cocinar algo. Observo el contenido de la alacena y me percato de que puedo hacer espagueti. ¿Espagueti? Si. Nunca en mi vida había siquiera imagino que yo algún día podría en por lo menos pensar en tratar de hacer espagueti, pero el hambre estaba insoportable así que decidí pedir ayuda profesional, y he aquí donde entra
Isaura.

Después de comentarle mis escasos ingredientes disponibles (pasta, salsa Ragu y agua) Isaura comienza a decirme paso a paso la serie de eventos que tenía que realizar para poder mezclar todo y así tener una rica comida casera.
Así que comencé por hervir el agua en la olla. Como era de esperarse, no todo podía salir perfecto y mis habilidades motrices hicieron de las suyas. Tan pronto abrí el paquete de la pasta, las varitas voladoras desempolvaron sus alas mágicas y decidieron volar como cuando un niño ve Peter Pan por primera vez, y las varitas terminaron en el mismo lugar donde todo aquél que intenta volar como Peter Pan termina, en el suelo...

Después de tirar todas las varitas que el Diablo ya chupó, sigo con la serie de procedimientos indicados por Isaura. Una de las cosas mas divertidas fue poner la pasta en la olla, ya que mis lentes se empañaron y con eso de que no me podía quitar los lentes tuve que utilizar mi técnica que aprendí cuando estuve con los monjes del Tíbet para poder acomodar bien la pasta sin quemarme y todo esto sin ver más que cuando sales de tu casa y toda la ciudad esta cubierta por una espesa neblina.

Y llegó el momento de probar lo cocido de la pasta. ¿Cómo saber si estaba cocida? Fácil. Aviéntala a la pared. Si se pega es porque se coció, y si no, pues es porque todavía le falta. ¿Y qué hice? Pues como niño travieso arruinando la comida de mamá, metí la mano a la olla y aventé un poco a la pared...

Y fue así como hice la pasta. La salsa Ragú se calentó gracias al mejor invento del hombre (después del papel de baño de 3 capas y con
aloe vera) mejor conocido como el microondas. Y a esta comida le agregué un medallón de esos que ya venden preparados y he aquí mi obra final.

Sí, yo sé que no es la mejor presentación de un platillo, pero cabe recordar que yo, aún ahora, no puedo cortar un sandwich por la mitad haciendo una línea recta (siempre me sale toda chueca :() y siempre (siempre siempre siempre) se me queman las palomitas en el microondas. Además, esto de la cocinada es todavía algo nuevo para mí. En fin, lo importante aquí es que hoy aprendí a hacer espagueti, lo cual me deja un paso mas cerca de ser el esposo ideal. =)