sábado, agosto 30, 2008
sábado, agosto 23, 2008
Sobre Las Cosas Inesperadas...
Así que se murió un amigo por culpa de un tipo que estaba ebrio y se pasó el alto. Bien podría quejarme de las irresponsabilidades y de lo mal de la sociedad y así. Pero no.
Es el 4to amigo que pierdo por el alcohol y sé que habrá más. También sé que la gente seguirá tomando y manejando así que no les rogaré que lo dejen de hacer.
Lo que sí es que me gustaría recordarles que la muerte no les pide permiso. Es como ese tipo que de la nada aparece en tu casa y se come tu comida, tapa tu baño y se lleva una película con la excusa de que luego te la devuelve y obvio que nunca te la regresa. Ni te da tiempo de decirle que se vaya cuando ya esta afuera de tu casa diciéndote que espera salir pronto contigo y tú solamente piensas en el típico prefiero meter mi mano a la batidora mientras bailo flamenco con un tutú que salir contigo y así.
Así como pueden decirle de cosas al ñoño del salón es probable que al día siguiente esté muerto porque le cayó una maceta en la cabeza. Improbable, pero sucede.
No se queden con las ganas de hablarle a esa persona que se viste medio raro o de invitar al cine a esa persona especial porque el no hacerlo te deja con una sensación bastante incómoda. El inevitable hubiera. ¡Uy! Me desespera.
Todos tenemos una historia que contar. Todos tenemos esa historia de amor, ese dato curioso, ese defecto en el cuerpo transformado a exótica cualidad.
A veces la gente se olvida de lo importante que puede llegar a ser en la vida de otra persona. Una simple mirada puede arrancar un suspiro y una bonita cena puede darte una nueva amistad o quizás algo más. Y todo comienza con un sencillo: "Hola, me llamo Esteban, ¿y tú?". El chiste es hacerlo. Ya.